Para fines de este debate, existen dos modelos de uso de la Antártida:
El modelo preservacionista prohíbe todas las actividades humanas en la Antártida a excepción de la investigación científica no extractiva (por ejemplo: toma de muestras de elementos naturales, búsqueda de fósiles animales, etc.).
El modelo ecologista-utilitarista permite la explotación controlada y regulada de los recursos naturales antárticos (por ejemplo: pesca, recursos minerales, biotecnología, turismo) bajo estrictas normativas ambientales y supervisión internacional.